Un Marzo pintado de otoño, conocimos a una pareja de franceses,
Charlene y Laurent, que viajaban en una Kombi. Los encontramos en la
emblemática plaza de El Bolsón, donde se lleva a cabo la feria de Artesanos,
ahí estaban ellos, ofreciendo sus calcomanías (autoadhesivos), unos trabajos en
Crochet y Crepes. Les ofrecimos ir a cenar, Aceptaron con mucha alegría, era
uno de nuestros primero encuentros con viajeros en Combi, era interesante, mas
aun cuando estábamos armando un sueño parecido, el de viajar en un furgón.
Una vez en casa, la charla, iba como barco sin timón, uno,
nunca sabe por dónde comenzar una conversación, simplemente la comienza y
después ve para donde lo lleva, y así fue, no sabíamos si nos iba a dar el
tiempo para preguntarles todo y contarles todo. Y Así surgió una tormenta de información,
preguntas van preguntas vienen.
Nos contaron que sacaron una visa de Trabajo y Estudio para
Argentina, lo que les permitió quedar por un año, y que estuvieron casi todo es
año en Buenos Aires, aprendiendo español, trabajando y haciendo todo lo necesario
para tener la Kombi. Cuando los recibimos, ellos estaban volviendo del Sur,
solo consiguieron llegar hasta Rio Gallegos, ya que por no tener ciudadanía Argentina,
no podían salir del País con la Kombi, algo muy injusto pensábamos, ya que
ellos pagaron y está a nombre de ellos, aun así, no consiguieron hacerlo, le
preguntamos casi en primera instancia, como se financiaban el viaje, ellos ofrecían
como dijimos al principio con Autoadhesivos, tenían unos bonitos trabajos en
crochet y hacían Crepes, o como le decimos nosotros, Panqueques, con dulce de
leche o mermelada, cada vez que conseguían alguna casera, ya que les parecía mejor
ofrecer productos caseros y era para ellos un buen compromiso, comprarle a
alguien que como ellos vendía productos nobles para vivir. Pero mayormente
estaban utilizando sus ahorros, lo que vendían, no les rendía para el viaje que
estaban haciendo, así que utilizaban los ahorros y una ayuda extra de los
abuelos en Francia.
De repente quisimos saber, como fue que se les ocurrió viajar,
y resulta, que en Francia, Ella tenía un trabajo casi del tipo voluntario, con
una ayuda económica y El tenia un trabajo de temporada, en el cual, existía un
lapso de tiempo que no trabajaba y por ende no recibía remuneración, y como
Laurent, una vez había viajado a Nueva Zelanda, con una visa de trabajo,
decidieron ir a trabajar y conocer otro lugar. Conocían muy poco de Latinoamérica,
y no hablaban nada de Español, lo cual, les resulto un buen desafío, ¿por qué
Argentina?, por el convenio de Visas de
Turismo y Trabajo que tiene Francia. “Queríamos
conocer algo nuevo, personas que hacen cosas diferentes, que piensan diferente,
queríamos conocer algo nuevo…”.
El viaje les regalo muchos amigos y experiencia, una manera
nueva de ver las cosas, como aquella vez que conocieron una persona en un
concierto y les dijo que si pasaban por su ciudad, estaban invitados a su casa,
y que al fin lo hicieron y conocieron el asado en familia, viajaron juntos a
conocer lugares de la ciudad. Se asombraban por lo que es la religión aquí, ya
que en Francia, normalmente las personas mayores son las que se acercan a ella
y los jóvenes normalmente no, situación diferente en Argentina.
Aprendieron a estar pendiente de cosas como Estacionar cerca
de Baños públicos, conseguir duchas, y por sobre todo, aprendieron a valorar de
las cosas simples de la vida, como el placer de una ducha caliente.
Nos despedimos luego de unos días de compartir, y los
dejamos continuar su rumbo hacia el norte argentino.